miércoles, 25 de mayo de 2011

Qué hacer?

El 15M ha supuesto el vencimiento más grande de toda inercia social de los últimos 30 años. Una generación de jóvenes retratada en muchos casos por los medios como apática, acomodada y sin rumbo ha dado una lección de indignación y ruptura de lo establecido al conjunto de la sociedad. En todo el estado español salieron cientos de miles de personas, convocadas a través de internet y otros medios no convencionales para decir a los políticos del sistema que estaban hartos de mangoneos.

A través de la plataforma Democracia Real Ya, se sintetizó el descontento social de toda una generación a partir de unos puntos que retrataban los problemas y posibles soluciones acerca de la participación y transparencia democrática, el acceso al trabajo digno, el derecho a la vivienda, los servicios públicos de calidad, el control de la banca, la fiscalidad progresiva y la contención del gasto militar. Sin intermediación de los partidos políticos tradicionales y sindicatos mayoritarios la sociedad ha sido capaz de canalizar sus críticas y necesidades y, de esta forma, hacer temblar los pilares de lo establecido en España.

Probablemente es muy complicado analizar a día de hoy el punto de inflexión social que puede significar este hecho. Toda una generación ha despertado de la idea de que nada podía cambiar, de que el poder de decisión se hallaba totalmente apartado de su influencia y de que no había esperanza para la mejora de la vida en cuanto a derechos se refiere. No sólo se ha conformado la gente con tomar las calles durante un día de movilización, sino que en más de 150 pueblos y ciudades se ha acampado en señal de protesta y con el fin improvisado de dar continuidad a la protesta.

Como todos los procesos sociales son largos y complicados, (y mucho más uno que pretende cuestionar la base de un sistema establecido) el movimiento 15M ha comenzado a encarar serios problemas. La falta de una organización al uso, que ha sido uno de sus primeros fuertes, ha llevado a que las distintas asambleas y grupos de discusión en internet se hayan lanzado a seguir una dirección particular con respecto a la del resto del movimiento. Han comenzado a aparecer personas que cuestionan la inclusión de determinadas cuestiones en las reivindicaciones, restringiendo la protesta a un mero descontento con la aritmética de asignación de representantes electorales y con la restricción de los derechos en la red. También han aparecido asambleas y grupos que reclaman la inclusión de puntos sobre derechos de la mujer, republicanismo, temas medioambientales... que si bien pueden ser muy justificables agudizan en extremo el sesgo ideológico del movimiento y lo desnaturalizan.

Desde mi humilde opinión, considero que en este momento hay muchos que quieren ser jefes y a menos les atrae la idea de ser indios. Todo el mundo quiere ser portavoz y, más o menos interesadamente, emplear el tirón del movimiento para responder a otros intereses y motivaciones. Un movimiento que gira en torno a la idea de la regeneración democrática del país no puede caer en este tipo de prácticas profundamente antidemocráticas. Por desgracia aún están por construir los mecanismos legítimos para dotar de un instrumento de decisión, de un timón, al movimiento.

Las acampadas se alargan indefinidamente, sin objetivos concretos, y cada día que pasa menos gente de a pié se implica en las asambleas. Al mismo tiempo, las mismas asambleas se pueblan de elementos más o menos profesionalizados políticamente y se agudiza la pérdida de perfil del movimiento. Esto produce sin duda una desilusión entre el grueso de los “indignados” y un apartamiento de los mismos del núcleo de la cuestión.

Por supuesto, como el título de esta entrada reza, pienso que hay una serie de trabajo que se puede organizar y hacer que contribuye a fortalecer el movimiento sin necesidad de entrar a cuestionar sus fundamentos o a debatir el sexo de los ángeles. Es mi humilde aportación que espero que sea útil para que el debate y rumbo de lo iniciado el 15M llegue a buen puerto.

Propuestas para un trabajo inmediato:

  • Convocar una nueva movilización para dentro de un mes, dándole continuidad al asunto y pudiendo levantar los campamentos a corto plazo, estructuras que a lo largo degeneran, pierden el contacto con la gente normal y queman a la que pueda quedar sin ser frikis políticos.
  • Iniciar una campaña de ILP para cambiar la ley electoral, recogiendo firmas y solicitando a politólogos de probado renombre una formulación técnica de la mesma. Indudablemente plantear las cuestiones de listas abiertas y revocación de los cargos electos, no sólo cambiar la aritmética de asignación de representantes.
  • Iniciar un proceso de discusión a nivel local, con asambleas autoconvocantes, sobre los puntos a seguir. Disponer de un sistema de delegados para una discusión centralizada que amplíe la formulación y concreción de los puntos.
  • Llevar las iniciativas a todo el mundo fuera da esfera twitter-facebook-meneame que estén objectivamente interesados en ellas. Trabajadores, jubilados, vecinos... trasladarlas a un formato físico y explicarlas al conjunto de la sociedad.